Es lunes, otra vez. El día está dejando mucho que desear. Vuelve a llover, ya no hay sol. Hace frío y mis uñas están moradas. Mi garganta vuelve a darme problemas...
Rasco el tiempo, mientras mi trabajo sobre Tolstoi intenta captar mi atención, sin éxito. Música ¿inspiradora? suena de fondo.
Estoy leyendo una historia increíble. No puede despegarme de sus páginas. El libro, encima de mi escritorio no deja de tentarme. Hace que me sienta "A tres metros sobre el cielo". Una historia llena de vida, realmente bonita.
Incluso me han dado ganas de tener una Vespa
Italia ha vuelto a enamorarme. Hacía ya tiempo que no pasaba por mi cabeza dejando tantos estragos. Ahora todo vuelve a ser distinto, como si no hubiera pasado el tiempo... ¿Estudiar italiano? Quizá...
Adoro la pasta. Definitivamente, la música no es inspiradora.
No he vuelto a escribir, me duelen los ojos. No encuentro el momento. No me viene la inspiración. La chica todavía está en la playa y no se sabe quién está con ella... No sé cuando terminaré de escribir esa historia.
*Suspiro de resignación*
¿Por qué nos enamoramos de todas las historias bonitas menos de la nuestra? Creo que tanto leer me está afectando al cerebro. ¡Yo no quiero estar sentimental!
Mi lista de trabajos pendientes me mira desde la pared. Yo la miro a ella. No saco nada en claro. Siempre todo para después... ¿Desastre? Me temo que sí...
No sé como puedo acabar delirando tanto... ¿Me encanta perder el tiempo? Confieso que creo que sí. No lo tengo muy seguro... -valiente mentirosa-
